Estamos ya muy cerca del inicio de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que se celebrará en Madrid los próximos días 16 al 21 de agosto. Hay más de 300 actos organizados (teatro, cine, conferencias, visitas culturales, deporte,... oración, conversión, encuentro...). Ya son numerosos los peregrinos que se han puesto en marcha hasta aquí (desde Barcelona, me comentó un amigo el otro día, vendrá un numeroso grupo andando). Será una fiesta estupenda de gente joven rebosando interés por descubrir y por mostrar que hay otras formas de vivir, distintas a las que la rutina y la cutrez cotidiana nos intentan encerrar. No hace falta irse al Tibet para encontrar espiritualidad, para mostrar que es posible la fe, que convive con la racionalidad, y el amor, que se hermana con el compromiso. Esperamos con ilusión a tantos peregrinos llegados de todos los países del mundo. Ser joven es tener ilusión por cambiar el mundo, por hacerlo más humano, más impregnado de valores. Descubrir el misterio que está dentro de lo que hacemos todos los días, con un relieve que sólo la fe otorga.
Recuerdo cuando estudiaba la carrera una clase de fotogrametría, donde nos explicaron los principios para ver fotos en tres dimensiones. Usábamos un estereoscopio, aparato que permite dirigir la vista con cada ojo a un fotograma distinto, que se ha tomado con un debido solape pero desde dos ángulos. Al principio no se ve nada, todo es plano, pero si se afina la vista, de repente, del plano papel, emergen montañas, valles, ciudades. No es una ilusión óptica: el relieve es real. Está ahí, tan sólo es cuestión de acostumbrarnos a verlo. La JMJ puede ser una magnífica ocasión para aprender a ver con el estereoscopio de la fe, aprendiendo de la experiencia de tantos cristianos de todo el mundo, que viven la fe con el entusiasmo propio de la edad más idealista.
No te pierdas la experiencia. Si eres de Madrid, quédate con nosotros. Si no, vente algún día. No es una experiencia cotidiana. Será algo que recordarás siempre y que tal vez puede cambiarte la vida.
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