Bajando de Caná a Cafarnaum |
expresiones del Evangelio que tantas veces pasamos por alto. Sin hacer un análisis exhaustivo, pongo tres ejemplos de los pasajes que he leído estos últimos días: "Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó...", inicia Jesús el relato de la parábola del Buen Samaritano. Ciertamente, no hay otro modo de ir de Jerusalén a Jericó que bajando, pues hay unos 750 m de diferencia de cota entre ellas. Nos cuenta San Lucas que Jesús reprocha a sus paisanos su escasa perspicacia: "Cuando veis que sopla viento del oeste, decís, va a llover, y cuando viene viento del sur, decís: va a hacer solana.....". Efectivamente, las lluvias en casi todo Israel vienen del Oeste, y los vientos más secos del Sur. La persona que escribió esto (San Lucas, para más detalles), conocía bien el clima de la región. "Estando en Caná de Galilea, un funcionario real pidió al Señor que bajara a Cafarnaúm a curar a su hijo...", ciertamente hay que bajar también para ir de Caná a Cafarnaúm. Y el Señor le dijo que ya estaba curado su hijo. El funcionario salió en ese momento y poco antes de llegar a Cafarnaúm le salieron al encuentro unos criados que le dijeron que su hijo se había curado a la 1 del mediodía anterior. Como hay unos 30 km entre Caná y Cafarnaúm, ese tiempo le llevaría al funcionario hacer esa distancia. En fin, que el Evangelio habla de un tiempo y un lugar concreto, con todas las particularidades propias de su Historia y su Geografía.
Pero hay muchas cosas que contar de Tierra Santa. Seguiré en otro momento...
¡Deformación profesional de un geógrafo! pero a la vez comentarios perspicaces de buen observador. ¡Envidia me das!
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