domingo, 22 de septiembre de 2013

La virginidad de la Virgen María (I)

Estoy leyendo estos días un libro escribo por Elizabeth Abbot sobre la historia del celibato, que es un tema que me resulta de especial interés. Este libro me está decepcionando bastante, aunque aún me queda casi la mitad por leer, pues el análisis que hace del fenómeno del celibato, particularmente en su relación con el cristianismo, está plagado de inexactitudes históricas e interpretaciones que me parecen, cuando menos, retorcidas.
Uno de los capítulos lo dedica a María, la madre de Jesús, a quien la mayor parte de los cristianos también llamamos la Virgen María. De acuerdo a la autora, la Iglesia habría distorsionado la imagen real de María, convirtiéndola de una madre normal en un icono de la virginidad, en flagrante contradicción con lo que de ella nos narra la Sagrada Escritura. Al igual que hice hace algunos meses con el Bautismo de los niños, voy a dedicar dos entradas de este blog a demostrar que esta acusación es fruto de una visión muy simplificada de las cosas. Por un lado, hoy me propongo mostrar que la interpretación de la Biblia es perfectamente compatible con la virginidad de María, dejando para la semana próxima lo que nos dicen los escritores cristianos más antiguos al respecto, que ha sido confirmado posteriormente en los escritos del Magisterio de la Iglesia.
Como cristiana protestante, la autora de este libro asume que la Biblia solo puede interpretarse desde la literalidad, lo cual ha llevado a muchas interpretaciones claramente erróneas de los textos sagrados (la de la antiguedad del universo, por ejemplo), particularmente cuando no se conoce la lengua en que esos textos fueron originalmente escritos. Veamos qué nos dicen los Evangelios sobre María (utilizo la traducción de la Biblia de Jerusalén).
En primer lugar, haré referencia a la virginidad de María antes de que naciera Jesús.
El tema lo tratan dos evangelistas. Por un lado,S. Mateo nos dice en su cap. 1, que María estaba desposada con José y, "antes de empezar  a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo". S. José, su prometido legal, se sorprende enormemente cuando aprecia este hecho, decide repudirla en secreto, pero en sueños un ángel le confirma que se trata de una criatura engendrada por obra del Espíritu Santo". Por un parte, S. Lucas nos indica lo mismo, en su cap. 1, en este caso se centra en el Anuncio a María por un ángel (Gabriel), que le indica también que habrá una concepción milagrosa, sin obra de varón. Aquí se presenta a María, como a "una virgen desposada".
Por tanto está claro que María era virgen antes de la concepción de Jesús, y además que esa concepción no supuso alteración de ese estado, pues fue milagrosa. De hecho el mismo San Mateo indica que ese hecho extraordinario corresponde a una profecía bien conocida por el pueblo hebreo: "Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel,  que traducido significa: Dios con nosotros".
La cuestión entonces es si María también fue Virgen después del parto, como indican los católicos y las otras iglesias cristianas más antiguas (ortodoxos, armenios, coptos...).Abbot acusa en este ámbito a la Iglesia de alterar las pruebas de que María tuvo más hijos, basándose -como hacen diversas confesiones protestantes- principalmente en tres citas de los Evangelios: 
1. San Mateo (1: 25) indica que José no la conoció (entiéndase "tuvo relaciones con ella") "hasta que ella dio a luz un hijo, y le puso por nombre Jesús", lo que parece indicar que después sí las tuvo.
2. San Lucas (2: 7) dice que estando en Belén, María "dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento". Primogénito indicaría que después tuvo más hijos.
3. Esto se confirmaría por otros pasajes de San Mateo (12:47), San Lucas (8:20) que refieren a María en compañía de otros, a los que se denomina hermanos de Jesús. Incluso S. Marcos (6: 3) nos da sus nombres: Santiago, Joset, Judas y Simón.
Veamos cuáles son los argumentos de la mayor parte de los cristianos (católicos, ordoxos, etc.) para defender que la interpretación de la Escritura es perfectamente compatible con que la Virgen no tuviera más hijos que Jesús.
1. La expresión "hasta que" de S.Mateo, cuya original -no hemos de olvidarlo- se escribió en arameo, no indica lo mismo que en nuestro idioma, sino simplemente un hecho temporal. El "hasta que" no quiere decir que después sí, sino que "hasta ese momento no", simplemente.
2. La misma idea con el término primogénito, que sólo indica que es el primer hijo; no tiene por qué haber más para que un hijo para que sea el primogénito, aunque en la Biblia tiene también un sentido de pre-eminencia, y en ese sentido a Jesús se le aplica de modo más propio, ya que, como indica S. Pablo (Col 1: 15), es el "primogénito de toda la creación"
3. En cuanto al término hermanos que utilizan Mateo, Marcos y Lucas, debe entenderse como parientes cercanos, pues en Oriente es muy frecuente que se emplee este término para referirse a personas de la misma familia, no necesariamente con los mismos padre y madre. Por ejemplo, en el Génesis (12: 5), se nos dice que Lot era hijo del hermano de Abraham, pero en el capítulo siguiente (13:8), se dice que tras una disputa entre los trabajadores de ambos, "dijo, pues, Abram a Lot: "Ea, no haya disputas entre nosotros ni entre mis pastores y tus pastores, pues somos hermanos", proponiéndole dividir los territorios que pastoreaban. En suma, llama hermano a su sobrino, como podría haberlo hecho con otro familiar cercano. Este sería el caso de los parientes cercanos de Jesús, muy probablemente primos suyos, ya que de hecho los cuatro nombres que cita S. Marcos aparecen en otro pasaje del Evangelio (fueron parte de los 12 apóstoles) como "Santiago el de Alfeo y Judas Tadeo", siendo probablemente Alfeo un hermano de San José.
4. Sin embargo, el argumento más sólido -a mi modo de ver- para confirmar que la Madre de Jesús no tuvo otros hijos es el testimonio de San Juan, que conocía muy bien a María, pues la acogió como madre en los últimos años de su vida. Esto fue así por indicación expresa de Jesús, poco antes de morir en la cruz: "Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Clopás, y María Magdalena. Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: "Mujer, ahí tienes a tu hijo." Luego dice al discípulo: "Ahí tienes a tu madre." Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa" (S.Juan19: 25-27). ¿Tiene alguna lógica que Jesús pida a un discípulo que cuide a su Madre, que la acoja en su casa, si ella hubiera tenido más hijos que debían legalmente cuidar de ella?
Hasta aqui argumentos basados en la Sagrada Escritura, por si algún cristiano evangélico me sigue en estas páginas, como una pequeña prueba de que los católicos no han inventado cosas que no estuvieran, al menos implícitamente, claras en la Biblia, que también es para nosotros una fuente primordial de la Fe. La semana próxima hablaré de cómo interpretaron estos pasajes los primeros escritores cristianos, para quienes María, la Madre de Jesús, fue considerada también la Virgen por excelencia (antes, durante y después del parto).

2 comentarios:

  1. Estimado Emilio,
    Espero que no te moleste si te trato de tu, pero es que es la tercera o cuarta vez que escribo.
    Sólo quiero decir que me ha gustado el artículo, que ademas está bien documentado. Espero leer la segunda parte.
    Saludos,
    F. Joaquim Estellé

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  2. Muchas gracias, acabo de subir la segunda parte. Los comentarios siempre son bienvenidos. Saludos cordiales

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