domingo, 10 de mayo de 2015

No tomarás el nombre de Dios en vano

Estaba hace unos días comiendo en un restaurante donde tenían puesto el telediario, solo imágenes pues el sonido ambiente era musical. Me impactó tremendamente las escenas de una de las noticias, que subtitulaban: "Mujer es linchada en Afganistán, acusada de quemar un Corán". Aparecían imágenes de varios hombres golpeando salvajemente a una persona, que apenas se distinguía en el vídeo. Parece ser que luego fue quemada. Tres días más tarde, las primeras investigaciones apuntan a que era inocente. Me parece que esa no es la cuestión. El hecho objetivo es que hay unos fieles de una determinada religión que consideran una muestra de piedad religiosa matar bestialmente a una persona, criatura de Dios, creada a su imagen y semejanza. Además del salvaje asesinato de una mujer, me repugna enormemente que pueda alguien pensar que eso pueda agradar a Dios: no es sólo un crimen, también es una blasfemia. Dios mismo hecho hombre, Jesús, fue condenado a morir crucificado por un supuesto delito religioso: ¿hay algo más contradictorio que Dios-hombre muera en una cruz porque algunos pensaban que estaban defendiendo el honor de Dios?, ¿no fue suficiente con la muerte de Jesús para que todos los hombres hayamos aprendido la lección? ¿Quién puede arrogarse la representación de Dios? ¿Quién se considera amparado por Su autoridad para matar a una de sus criaturas, y encima ¡en su nombre!? ¿No sería más sencillo ver lo que ha dicho Dios, lo que ha hecho cuando estuvo entre nosotros como Hombre?
- ¿Qué ha dicho? -¡"No tomarás el nombre de Dios en vano! -¡No matarás!"
- ¿Qué ha hecho? -"Padre, perdónales porque no saben lo que hacen"
¡Que nadie más ofenda el nombre de Dios usando la violencia! Una violencia que El nunca usó en su vida terrena. Dios es infinitamente poderoso para aplastar cualquier ofensa; no es necesario que nosotros lo hagamos por El. Si no lo hace tal vez sea porque también es infinitamente bueno, misericordioso, "lento a la ira y rico en clemencia", como nos dice la Sagrada Escritura. Estoy seguro que habrá recogido con sumo amor a esa hija suya, a la que otros hijos suyos apalearon y quemaron... en su nombre. Nunca más hacer lo que Dios no hace, lo que Dios no quiere, en nombre de Dios. ¡Nunca más!

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