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Un manifestante anti-visita del Papa increpa a una peregrina |
Me comentaba hace unos días un amigo de la Universidad de Alcalá que en su departamento habían rechazado su propuesta de asignar créditos de libre elección a un ciclo de conferencias que está coordinando con la pastoral universitaria dedicada a la figura de algunos santos que vivieron en Alcalá . Teniendo en cuenta que esos créditos se asignan a actividades extra-curriculares tan variadas como clases de tiro con arco, flamenco o indología, rechazar esa petición no puede achacarse más que a una manifestación más de la intolerancia religiosa que todavía existe en la sociedad española. Que eso ocurra en un departamento de Historia y Filosofía resulta especialmente llamativo, como si un personaje histórico perdiera todo interés universitario por el hecho de haber sido santo. Cuando, además, algunos de los que trata del ciclo que organiza mi amigo son tan relevantes como San Diego o San Juan de la Cruz, el asunto produce verdadero sonrojo a cualquier intelectual que se precie de ello. ¿Qué concepto tiene de la Universidad quien margina ideas que no comparte? Parece que en este país, algunos estiman que todo es tolerable menos el catolicismo, demostrando con hechos concretos su reducida visión de la tolerancia.
Preparando estos días una conferencia revisé algunas imágenes de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). Vi la que incluyo aquí, que muestra muy gráficamente la actitud de un "tolerante" ante la visita a Madrid de católicos de distintos lugares del mundo. Ninguna respuesta agresiva por parte de los increpados, ningún incidente durante esos días que cientos de miles de jóvenes estuvieron en nuestras calles. ¿Se imaginan que diría la inteligencia "tolerante" si algo similar si hubiera organizado por católicos, por ejemplo en alguna de las manifestaciones del orgullo gay?
Hace pocas semanas hablaba con el sobrino de un amigo que se ha ordenado recientemente sacerdote. Viste con traje clerical y por ello recibe con cierta frecuencia insultos, desde pederasta hasta cuervo, pasando por otras lindezas que me produce verguenza repetir. ¿Es razonable que en pleno siglo XXI alguien sea insultado por sus ideas? ¿Se imaginan que en nuestra sociedad alguien fuera increpado simple y llanamente por ser judío, budista o musulmán? ¿Se toman realmente en serio la libertad religiosa algunos que se consideran amigos de todas las libertades?
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