He estado esta semana en San Francisco, asistiendo a un congreso de mi especialidad profesional. Tenía cierta ilusión en volver a esta zona de EE.UU., en la que estuve viviendo durante mi estancia postdoctoral, hace ya 25 años. Voy a destacar dos cosas que me han llamado especialmente la atención estos dias. Por un lado, la enorme cantidad de personas sin hogar (homeless) que encuentra uno por las calles de la ciudad, particularmente en los barrios más próximos al centro. Muchas personas conocen San Francisco por el Golden Gate, el puente más famoso del mundo, o el Cable Car, el tranvía que recorre las empinadas cuestas de la ciudad, pero lo que más salta a la vista cuando uno pasea por la ciudad, es observar tantas personas que están fuera completamente del llamado "sueño americano". Ya sea por trastornos mentales, ya por fracaso económico, ya por elección propia (en algunos casos, los sin hogar forman un movimiento antisistema, continuación de la tradicción hippy tan viva en California), la cantidad de vagabundos que encuentra uno por la calle da que pensar sobre una sociedad que sigue figurando como el modelo a imitar por el resto del mundo. Se calcula que más de 1.5 millones de personas en USA viven en las calles o en dormitorios públicos. El problema no es sólo de este país, ya que se estima que hay más de 100 millones de personas sin hogar en el mundo. ¿Qué sociedad hemos construido, capaz de vivir indiferente ante la suerte de millones de personas que no tienen nada, si siquiera un modesto hogar?
Me dejo especialmente impactado el cartel que mostraba un joven de apenas veinte años, que mendigaba en la calle: "I am broken and hungry" (estoy roto y hambriento). ¿Cómo una sociedad puede alumbrar a un joven que en la época más dorada de su vida se encuentra roto? ¿Cómo recuperar a estas personas?
Me dejo especialmente impactado el cartel que mostraba un joven de apenas veinte años, que mendigaba en la calle: "I am broken and hungry" (estoy roto y hambriento). ¿Cómo una sociedad puede alumbrar a un joven que en la época más dorada de su vida se encuentra roto? ¿Cómo recuperar a estas personas?
D. Emilo, le he conocido a través de un debate en televisión (Intereconomía). Me ha llamado la atención por su claridad y valentía para defender posiciones cristianas, que no estén reñidas con la ciencia. (También soy científico, jubilado, pero no retirado). He enlazado mi humilde blog con éste y, desde ahora, me declaro seguidor del suyo.
ResponderEliminarGracias - Enrique Vidal
Muchas gracias por el comentario, Enrique. Por favor, hazme llegar los datos de tu blog y así estaremos mejor en contacto. Te animo a colaborara con la editorial www.digitalreasons.es
Eliminarsaludos
D. Emilio, mi humilde blog es el siguiente:
Eliminarhttp://come-y-calla-enrique.blogspot.com.es/
Un saludo
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