Hace unos días tomaba café con un amigo, que precisamente ese día cumplía años. Nos saludó otro, al que hacía tiempo que no veía. Lleva años dedicado a la politica autonómica, excedente de una plaza de profesor de instituto. Con muy poco tacto se le ocurrió decirme algo así como:
-"¿Qué? ¿Teneis todavía para folios en la universidad?"
La misma semana que habían despedido a ocho compañeros del departamento, asociados a tiempo parcial, el comentario me pareció profundamente desafortunado, y desde luego nada gracioso. Reflexionando un poco más, la broma no solo me pareció de mal gusto, sino profundamente injusta. Que un político en ejercicio se pitorree de la situación de ajustes que todos estamos viviendo resulta realmente esperpéntico, cuando la irresponsabilidad de políticos de todos los partidos está detrás de la crisis que estamos viviendo: la falta de disciplina presupuestaria (central y autonómica de todos los signos políticos), la visión cortoplacista en la planificación económica, el interés por controlar las instituciones que ellos no habían creado (lease cajas de ahorros), el escaso interés por la calidad educativa, las constantes peleas partidistas que evitan un gran acuerdo para salir juntos del hoyo en que nos han metido, dice muy poco de los políticos profesionales de este país. Tras varios años de un gobierno socialista condescendiente, hemos pasado a uno popular que sólo sabe de recortes y casi nada de incentivos. Con algo mejor curriculum que los precedentes, sorprende todavía encontrar miembros del gobierno con muy escasa preparación en las tareas de su responsabilidad, consejeros autonómicos que cuentan como único curriculum la fidelidad al partido, y una larga lista de cargos menores, asesores y escribanos, corifeos del lider de turno, que siguen enguyendo buena parte del presupuesto público que debería invertirse en reanimar la economía real.
No hace falta remontarse mucho en la Historia para descubrir los males endémicos que nuesto país sufre por sus clases dirigentes, más preocupadas, salvo honrosas excepciones, de medrar que de resolver los problemas de quienes administran. El cambio de gobierno solo ha servido para contrastar que la inutilidad está bien repartida entre los grandes partidos, y que el "y tu mas" no resuelve para nada los problemas. ¿Cuándo se enterarán que este país está en una profunda crisis? ¿Qué hace falta para que se sienten a negociar un programa de gobierno a largo plazo, que ataque los problemas de fondo (educación, productividad, innovación, equilibrio territorial) que tiene este país?
Espero que, por bien de todos, esa mentalidad cambie. Será un primer beneficio de la crisis, si conseguimos que nuestros políticos dejen de pensar que la culpa la tienen "los otros" y salgan de sus torres de marfil, acercándose más a las personas normales, que seguimos sufriendo la incompetencia de quienes nos gestionan.
-"¿Qué? ¿Teneis todavía para folios en la universidad?"
La misma semana que habían despedido a ocho compañeros del departamento, asociados a tiempo parcial, el comentario me pareció profundamente desafortunado, y desde luego nada gracioso. Reflexionando un poco más, la broma no solo me pareció de mal gusto, sino profundamente injusta. Que un político en ejercicio se pitorree de la situación de ajustes que todos estamos viviendo resulta realmente esperpéntico, cuando la irresponsabilidad de políticos de todos los partidos está detrás de la crisis que estamos viviendo: la falta de disciplina presupuestaria (central y autonómica de todos los signos políticos), la visión cortoplacista en la planificación económica, el interés por controlar las instituciones que ellos no habían creado (lease cajas de ahorros), el escaso interés por la calidad educativa, las constantes peleas partidistas que evitan un gran acuerdo para salir juntos del hoyo en que nos han metido, dice muy poco de los políticos profesionales de este país. Tras varios años de un gobierno socialista condescendiente, hemos pasado a uno popular que sólo sabe de recortes y casi nada de incentivos. Con algo mejor curriculum que los precedentes, sorprende todavía encontrar miembros del gobierno con muy escasa preparación en las tareas de su responsabilidad, consejeros autonómicos que cuentan como único curriculum la fidelidad al partido, y una larga lista de cargos menores, asesores y escribanos, corifeos del lider de turno, que siguen enguyendo buena parte del presupuesto público que debería invertirse en reanimar la economía real.
No hace falta remontarse mucho en la Historia para descubrir los males endémicos que nuesto país sufre por sus clases dirigentes, más preocupadas, salvo honrosas excepciones, de medrar que de resolver los problemas de quienes administran. El cambio de gobierno solo ha servido para contrastar que la inutilidad está bien repartida entre los grandes partidos, y que el "y tu mas" no resuelve para nada los problemas. ¿Cuándo se enterarán que este país está en una profunda crisis? ¿Qué hace falta para que se sienten a negociar un programa de gobierno a largo plazo, que ataque los problemas de fondo (educación, productividad, innovación, equilibrio territorial) que tiene este país?
Espero que, por bien de todos, esa mentalidad cambie. Será un primer beneficio de la crisis, si conseguimos que nuestros políticos dejen de pensar que la culpa la tienen "los otros" y salgan de sus torres de marfil, acercándose más a las personas normales, que seguimos sufriendo la incompetencia de quienes nos gestionan.
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