sábado, 11 de junio de 2011

¿Se enfrentan la Ciencia y la Religión? (II)

Continuando lo que comentaba en el texto de la pasada semana, pueden incluirse numerosas razones para avalar que la religión y la ciencia no son incompatibles. De modo sintético, hoy indicaré algunas:
Gregor Mendel, padre de la genética


1. La ciencia nace en la Europa cristiana de los siglos XII a XVII. No nace en otros países de tradición islámica, ni en las civilizaciones precolombinas o en aquellas imbuidas por filosofías orientales que ahora nos resultan más o menos atractivas, pese a que en estos países existía una cierta tradición científica (los números, recuérdese, son de origen árabe; la tinta, la seda, el papel, la pólvora y otros muchos inventos, de origen chino). ¿A qué se debe esto?. Varios autores de indudable prestigio en estos temas, afirman que ese nacimiento es precisamente consecuencia de cómo el cristianismo enfoca el conocimiento natural.
Para un cristiano, el mundo es creado por Dios, y como Dios es la Razón (el Logos), el mundo es razonable, y además está sujeto a una serie de principios que son aplicables universalmente (o al menos en el universo que conocemos).
2. La ciencia no hubiera eclosionado en Europa sin un sistema institucionalizado de transmitir el conocimiento. Eso son las universidades, centros de formación superior, donde se intentaba buscar la verdad en todas las disciplinas. Aún hoy todavía, 120 de las 170 mejores universidades del mundo son de origen cristiano (Sorbona, Oxford, Cambridge, Salamanca, Harvard, …etc.).
3. El liderazgo del desarrollo científico se ha hecho principalmente por intelectuales cristianos, muchos de ellos con una verdadera preocupación por cuestiones teológicas. A la mayor parte de los grandes científicos parece que no les ha supuesto ningún problema su interés por la innovación y su fe religiosa. Newton, Pascal, Descartes, Faraday, Boyle o Planck son algunos nombres de grandes mentes que compaginaron sus teorías científicas con su cristianismo comprometido. Si miramos el asunto sólo en el marco de la Iglesia católica, la lista de grandes científicos que fueron clérigos es realmente impresionante: S. Alberto Magno y Roger Bacon, como precursores en la Edad Media; Copernico, descubridor de la Teoría heliocéntrica;  Kepler, del movimiento de los planetas; Lemeitre, precursor del Bing-Bang; Grimaldi, descubrió la difracción de la luz;
Mendel, naturalista austriaco, monje agustino, padre de la genética; Theilard de Chardin, jesuíta francés, antropólogo; Antonio J. Cavanilles, botánico español; Mercalli (vulcanólogo, quien da nombre a la escala sísmica) y un largo etcétera. A la lista podemos añadir Galileo, pues aunque el genial astrónomo italiano no era sacerdote, fue católico hasta el momento de su fallecimiento, no en la hoguera como siguen creyendo algunos, sino en su cama de su villa de Arceti, en compañía de sus dos hijas, que por cierto eran monjas.
(una lista más amplia de clérigos católicos que han sido eminentes científicos puede encontrarse aquí)

4 comentarios:

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    Emilio Botín-Sanz de Sautuola

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  2. Yo creo que una cosa es que un científico sea creyente y otra cosa es que la ciencia deba estar ligada a la religión. Ciencia y religión no están reñidas pero cada una tiene su parcela y por el bien de ambas, creo que deben estar separadas. También creo que algo habrá tenido que ver la antigua Grecia en el desarrollo de la ciencia. En el punto 1 dices que el nacimiento de la ciencia se debe al cristianismo. ¿No podría ser que el cristianismo surgió en un ámbito geográfico en contacto con la Grecia clásica?. Evidentemente, el origen de las universidades estaba ligado a la Iglesia y hay que tener en cuenta el poder político, económico y social de ésta en aquella época. Cualquier iniciativa estaba ligada a la Iglesia.

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  3. El papel de la filosofía griega en la configuración de Europa es claro, también su influjo sobre el cristianismo. No es casual que el cristianismo fuera influido por el racionalismo griego, puesto que el cristianismo siempre ha intentado fundamentarse sobre la razón natural (ver discurso del Papa en Ratisbona, por ejemplo). Que la ciencia nazca en la Europa cristiana, y no en la civilización china, americana o africana es también consecuencia de esa racionalidad del cristianismo. La Iglesia tenía influencia social, no cabe duda, pero lo importante aquí es que lo utilizó para generar cultura y ciencia, y no para aniquilarla, como muchos piensan.

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  4. En otros ámbitos no cristianos también hubo universidades: http://es.wikipedia.org/wiki/Madraza_de_Granada

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