En un país de mayoría musulmana, pero con una región donde buena parte de la población no lo es, un grupo radical cristiano secuestra doscientas niñas musulmanas para convertirlas forzadamente al cristianismo, para evitar que sigan educándose, pues piensan que el cristianismo prohíbe que las niñas estudien, que Jesús mandó que las niñas se dedicaran exclusivamente al trabajo del hogar. En varios países musulmanes algunas personas protestan, pero los gobiernos apenas levantan la voz, ni aprovechan el momento para exigir de una vez por todas libertad religiosa en todo el mundo cristiano, en donde los radicales cristianos están llevando una verdadera limpieza religiosa. Lo importante es seguir comprando su petróleo. Ninguna autoridad cristiana relevante condena esa barbarie. Ninguno explica que Dios no puede ser excusa para ejercer la violencia, que el Evangelio en ningún momento justifica la conversión forzosa. La prensa de los países musulmanes tampoco clama radicalmente contra el secuestro. Apenas tímidas manifestaciones en la calle. Los medios y los intelectuales de los países musulmanes, por su parte, indicarían que se trata de grupos radicales y seguirían defendiendo que el cristianismo es muy tolerante, y que es el Islam quien tiene un pasado lleno de intolerancia religiosa. Además, lo importante ahora es la final de un torneo de fútbol, mucho más relevante que la suerte de doscientas niñas musulmanas...
¿Te imaginas todo esto? ¿Te imaginas qué ocurriría si fueran musulmanas las niñas secuestradas? ¿Qué pasa en Occidente? ¿Tanto hemos perdido que no somos capaces ni de defender los principios más básicos? ¿Qué pasa con los creyentes musulmanes? ¿cómo pueden estar callados cuando alguien usa el nombre de Alá para justificar la violencia? "No tomarás el nombre de Dios en vano", es un precepto que sirve para las tres religiones monoteístas, para cualquier religión en realidad, pues invocar a Dios para matar a quienes El ha creado es un sacrilegio de inmensa irreverencia. Reaccionad, hermanos que creeis en Alá; reaccionemos, hermanos que creemos en Dios... El mundo se equivoca cuando considera que los excesos de los radicales religiosos se corrigen eliminando la religión: sólo pueden corregirse con una religión verdaderamente cercana a Dios, una religión pura que busca amarle y amar a todas las criaturas, particularmente a las que creó a su imagen y semejanza. Cuando se utiliza a Dios para justificar los fines propios, la religión acaba convirtiéndose en una ideología: un esquema mental que intenta adaptar la realidad a unas ideas preconcebidas. Como señalaba Benedicto XVI: "Éste es un punto que se ha de reafirmar con claridad: nunca es aceptable una guerra en nombre de Dios. Cuando una cierta concepción de Dios da origen a hechos criminales, es señal de que dicha concepción se ha convertido ya en ideología" (Mensaje en la jornada mundial de la paz, 2007).
¿Te imaginas todo esto? ¿Te imaginas qué ocurriría si fueran musulmanas las niñas secuestradas? ¿Qué pasa en Occidente? ¿Tanto hemos perdido que no somos capaces ni de defender los principios más básicos? ¿Qué pasa con los creyentes musulmanes? ¿cómo pueden estar callados cuando alguien usa el nombre de Alá para justificar la violencia? "No tomarás el nombre de Dios en vano", es un precepto que sirve para las tres religiones monoteístas, para cualquier religión en realidad, pues invocar a Dios para matar a quienes El ha creado es un sacrilegio de inmensa irreverencia. Reaccionad, hermanos que creeis en Alá; reaccionemos, hermanos que creemos en Dios... El mundo se equivoca cuando considera que los excesos de los radicales religiosos se corrigen eliminando la religión: sólo pueden corregirse con una religión verdaderamente cercana a Dios, una religión pura que busca amarle y amar a todas las criaturas, particularmente a las que creó a su imagen y semejanza. Cuando se utiliza a Dios para justificar los fines propios, la religión acaba convirtiéndose en una ideología: un esquema mental que intenta adaptar la realidad a unas ideas preconcebidas. Como señalaba Benedicto XVI: "Éste es un punto que se ha de reafirmar con claridad: nunca es aceptable una guerra en nombre de Dios. Cuando una cierta concepción de Dios da origen a hechos criminales, es señal de que dicha concepción se ha convertido ya en ideología" (Mensaje en la jornada mundial de la paz, 2007).
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