domingo, 20 de septiembre de 2015

Nacionalismo y generosidad

Llegue el jueves de un viaje a Rumanía, un país muy interesante desde diversos puntos de vista, y muy cercano a nuestro país ahora, ya que contamos con una notable comunidad rumana viviendo en nuestras ciudades. Hablaba con unos profesores de la Universidad de Bucarest, con los que hice un salida de campo, de las diversas circunstancias sociales y económicas de la historia reciente de ese país, y les pregunté si había movimientos internos que abocaran por la separación en las regiones históricas que lo forman. Conviene recordar que Rumanía solo existe desde 1881, y fue formada principalemnte con tres regiones de características biogeográficas y sociales bien distintas: Transilvania (incluye la mayor parte de los Cárpatos), Valaquia (al sur del País, en la llanura del Danubio), y Moldavia (al Este, buena parte de esta región es ahora un país independiente). Es curioso que un país que apenas cuenta con 140 años de vida no tenga tensiones separatistas. Tampoco parece tenerlas Alemania o Italia (el asunto de la Padania no deja de ser más bien anecdótico), que existe como tales desde 1870.
Pensaba en esta cuestión ante el bombardeo informativo que llevamos padeciendo en los últimos meses (años?) con el tema de la posible independencia de Cataluña. Hablando con amigos catalanes este verano, parece que el sentir de las calles es bastante favorable a la separación, sobre argumentos que parecen muy endebles, pero que han conseguido calar en la sociedad hasta llegar a un punto de tensión muy notable. Que una determinada región de un país tenga un idioma o una cultura propia es muy de alegrarse, ya que un país no puede ser monolítico. Que esas diferencias justifiquen la separación cuando hay una historia compartida de más de 500 años resulta llamativo. Las mismas diferencias entre Cataluña y el resto de España tiene la Cataluña francesa con el resto de Francia. Lo mismo cabe decir del país vasco francés. ¿Como pueden tirarse por la borda 500 años de convivencia pacífica en el seno de un país diverso? ¿Que pasará con las familias que tienen distintos puntos de vista? ¿Qué con las que tienen raíces en otras regiones?
Aparentemente, el arguemento de fondo para la posible separación es que "todos los males vienen de Madrid", o dicho de otra forma, "la independencia resolverá todos los problemas". Cando seamos independientes, no habrá listas de espera, la educación mejorará, los impuestos bajarán, la vivienda será más accesible, las empresas serán más competitivas,... ¿Realmente puede pensar eso una persona razonablemente inteligente? Parece que sí, a juzgar por el apoyo que reciben los partidarios de la independencia. Visto desde fuera, solo veo en el fondo razones de un cierto egoísmo social. Pagamos más de lo que recibimos, porque producimos/trabajamos más. No importa cómo se ha conseguido esa riqueza, sus raíces históricas, la importancia de la migración o del comercio interior. Pero en cualquier sociedad moderna, aceptamos pacíficamente que paguen más los que más tienen para que los que menos tienen tengan lo suficiente. Es una cuestión de generosidad, de estar convencido que cuando el barco tiene problemas tenemos que remar todos, no de cambiar de barco quien tiene recursos para hacerlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario