No pretendo en esta entrada comentar la muy galardonada película de los hermanos Coen, sino reflexionar sobre el papel que juegan en nuestra sociedad las personas mayores, los que nos han precedido en construir la sociedad que ahora disfrutamos. Somos la especie con mejor pasado evolutivo, ya que no sólo incorporamos las mejoras biofísicas de las generaciones pasadas sino, y sobre todo, hemos sido capaces también de recibir sus valores, sus tradiciones culturales, sus progresos humanos. Si cada generación tuviera que empezar de cero, estaríamos todavía en el Paleolítico. Hemos avanzado porque hemos escuchado a nuestros mayores, hemos incorporado su sabiduría a nuestra propia inventiva, que a su vez transmitimos a los más jóvenes, en una cadena cultural que nos ha hecho colonizar paisajes tan variados como las heladas tundra asiática, el bosque exhuberane de la Amazonía o los áridos desiertos de Africa.
Aprender de quienes nos precedieron ha sido absolutamente clave en nuestro progreso, recibir su experiencia vital a través del contacto directo y de la educación, nos permite ahora disfrutar de un desarrollo tecnológico y científico sin precedentes.
Pero esa cadena de generosidad intergeneracional parece ahora interrumpirse por el individualismo moderno, que olvida la importancia de nuestros mayores, que los arrincona en residencias, que los aisla muchas veces de nietos y bisnietos, para los que sólo son una anécdota ocasional.
Envejecer y apreciar el envejecimiento es el tema del último libro que hemos publicado en Digital Reasons. Escrito por el Prof. Velayos, catedrático de anatomía y experto en enfermedades del cerebro, el libro Envejecimiento celebral revisa los cambios físicos y sicológicos asociados a la senectud, y algunas de las enfermedades que pueden aparecer en este periodo de la vida. Incluye algunas recomendaciones para prevenir algunas de ellas, para cuidar enfermos que las padezcan y para vivir esa época de la vida con plenitud. Los mayores son un tesoro de humanidad, que no podemos menospreciar. Cuantas veces se pierden esos últimos años en donde podemos sacar tantas lecciones de su debilidad. Nuestros padres nos alimentaron, vistieron, atendieron cuando eramos incapaces de hacerlo por nosotros; parece justo que hagamos algo similar, si fuera el caso. El ser humano es relación, y en la relación se enriquece como persona. Cortar esos vínculos puede hacernos la vida más confortable a corto plazo, pero acabará por erosionarnos humanamente y como sociedad. Ya lo estamos viendo; reflexionemos sobre ello.
Aprender de quienes nos precedieron ha sido absolutamente clave en nuestro progreso, recibir su experiencia vital a través del contacto directo y de la educación, nos permite ahora disfrutar de un desarrollo tecnológico y científico sin precedentes.
Pero esa cadena de generosidad intergeneracional parece ahora interrumpirse por el individualismo moderno, que olvida la importancia de nuestros mayores, que los arrincona en residencias, que los aisla muchas veces de nietos y bisnietos, para los que sólo son una anécdota ocasional.
Envejecer y apreciar el envejecimiento es el tema del último libro que hemos publicado en Digital Reasons. Escrito por el Prof. Velayos, catedrático de anatomía y experto en enfermedades del cerebro, el libro Envejecimiento celebral revisa los cambios físicos y sicológicos asociados a la senectud, y algunas de las enfermedades que pueden aparecer en este periodo de la vida. Incluye algunas recomendaciones para prevenir algunas de ellas, para cuidar enfermos que las padezcan y para vivir esa época de la vida con plenitud. Los mayores son un tesoro de humanidad, que no podemos menospreciar. Cuantas veces se pierden esos últimos años en donde podemos sacar tantas lecciones de su debilidad. Nuestros padres nos alimentaron, vistieron, atendieron cuando eramos incapaces de hacerlo por nosotros; parece justo que hagamos algo similar, si fuera el caso. El ser humano es relación, y en la relación se enriquece como persona. Cortar esos vínculos puede hacernos la vida más confortable a corto plazo, pero acabará por erosionarnos humanamente y como sociedad. Ya lo estamos viendo; reflexionemos sobre ello.
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