domingo, 25 de marzo de 2012

Diálogos de Besugos

Hace ya años que no veo regularmente la televisión, pero todavía me llegan ecos de algunos programas de especial audiencia, ya sea por su calidad, ya, aunque sea poco edificante decirlo, por su zafiedad, porque tantas veces lo más notorio no es precisamente lo más recomendable. En esta última categoría están los programas popularmente llamados de chismorreo, en donde unos tertuliantes más o menos indocumentados, cruzan sus "argumentos", por utilizar un término generoso, para descalificar a un personaje proveniente casi siempre del mundo de la farándula. Poco importa si las lindezas que ahí se sueltan se ajustan a la realidad o son fruto de la imaginación: lo crucial es conseguir audiencia.
Estos "prodigios" intelectuales están creando escuela y, esa manera tan poco civilizada de dialogar se imita por otros programas de debate que supuestamente son mucho más serios. En esas tertulias, donde los participantes casi nunca son expertos en lo que hablan, se emplean razones de propósito general, que tanto valen para hablar de guerra de Afganistán, como de las tarifas eléctricas, del cambio climático o de la reforma laboral. Si son temas polémicos, que habitualmente suelen serlo para animar a la audiencia, suelen cruzarse argumentos -también aquí resulta muchas veces generoso el calificativo- que el tertuliano trae preparados de casa, y que coloca con ocasión y sin ella, sin reflexionar ni un minuto sobre las razones que la posición contraria a la suya está manejando.
Como la televisión tiene una influencia tan destacada en la sociedad, esta manera de no-razonar se extiende a la esfera del ciudadano de a pie, y se acaba pervirtiendo el significado de discutir, que pasa de ser el intercambio de argumentos entre dos personas con posturas distintas, al proceso de afirmar las propias ideas confrontándolas con las postura contraria. En lugar de buscarse honradamente la verdad en ese diálogo, se busca la victoria sobre el contrincante, pues cualquier concesión a una postura distinta a la inicial se interpreta como una derrota. Esto es lo que podemos llamar "discusión de barricada".
Con la ayuda de varios amigos, acabo de iniciar una editorial (http://www.digitalreasons.es/) precisamente para ayudar a que esta situación se mitigue. Pretendemos generar un debate serio sobre temas que afectan hondamente a los valores que lideran la sociedad contemporánea, como son el origen de la vida, los fundamentos del derecho, la educación, la familia, los valores en la economía, o las relaciones entre ciencia y ética. Cada tema será expuesto desde una visión cristiana de la vida, presentando con la mayor honestidad posible los argumentos de quienes tienen otras concepciones, respondiendo con profundidad a los mismos y buscando puntos de encuentro. Estamos iniciando la andadura y, si estás interesado en participar en el proyecto, te animo a que contactes conmigo. Cualquier ayuda es bienvenida.

1 comentario:

  1. Tienes mucha razón, necesitamos diálogar más honestamente. Buscar la verdad entre todos, pues todos tienen algo de verdad en lo que honestamente piensan

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