Hace unos días se celebró el día internacional por la vida, que nos sirve de ocasión para recordar los muchos atentados a la vida que ocurren en el mundo. El aprecio a cualquer vida humana, por pequeña o deteriorada que se encuentre, está en la base del progreso social. ¿i no respetamos el don de la vida, qué otros vamos a respetar, que son consecuencia del primero? Ciertamente hay muchas personas que, con toda honestidad, piensan que el aborto es un derecho que hay que proteger, pues cada mujer debe tener autonomía para ser madre cuando lo estime oportuno. No puede imponerse a nadie ser madre. De acuerdo; el asunto de fondo es que la persona que pretende abortar (muchas veces, no lo olvidemos, presionada por un ambiente que no contempla otras opciones) YA ES MADRE. No se es madre cuando se da a luz, sino cuando se está embarazada, por lo que occurre entre el embarazo y el parto no es nada más que un cambio de "ecosistema". El bebé es tan dependiente de su madre cuando tiene 6 meses desde su concepción como cuando tiene 18 meses. Es preciso extender culturalmente
que la vida puede ser un problema, pero que acabar con ella nunca es una solución; que un embarazo no se interrumpe, se termina irremediablemente: no hay vuelta atras, salvo el remordimiento. Hace poco hablaba con un médico inglés, neonatólogo, que lucha dia a día para sacar adelante a niños nacidos prematuramente, con apenas cinco o seis meses de gestación. Niños mucho más frágiles que los que son abortados en la planta superior del hospital donde trabaja. Me decía, y me dio mucho que pensar, "para abolir el aborto, lo importante no es conseguir que sea ilegal, sino que sea impensable". En suma, que nadie pueda pensar que eliminar una vida humana es progreso.
Termino con una foto que me ha enviado una doctoranda, madre de dos hijos, que sabe bien lo que significa ser portadora de una vida.
Se trata de una foto simpática, pero que pueda ayudar a reflexionar sobre este tema. Estoy profundamente en desacuerdo con presentar el aborto como un tema de fe religiosa. El aborto no es un tema religioso; es un tema ético, en el que estamos unidos personas con fe y sin ella, pero no cabe duda de que personas convencidas de que la vida es un regalo que recibimos de Dios están naturalmente inclinadas a reverenciarla.
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